Los flujos generados por estos usuarios nos muestran la
ciudad como una red de espacios en los que encontramos una estructura de nudos y
ramificaciones alternando espacios públicos y privados.
Así entiendo la ciudad como una superposición de varios niveles, rígidos, establecidos atendiendo
a criterios espaciales, densidades de flujos, que acaban siendo condicionantes para
desarrollar nuestra actividad. Es el propio usuario el que define el programa
que desarrolla. Los puntos donde diferentes niveles entran en contacto suelen
ser nudos, en los que se desarrollan diferentes programas. Estos nudos presentan
una densidad superior, en estos espacios encontramos una simultaneidad de
varios programas a la vez. Son nexos de unión, elementos adaptables, mutantes
dependiendo de las necesidades del usuario que lo habita, de ésta forma en un
mismo espacio puede desarrollarse un programa comercial, cultural y social,
entrando en contacto y enriqueciendo unos a los otros.
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