sábado, 20 de abril de 2013







Empecé este proyecto centrándome en el crecimiento de la ciudad como conjunto de espacios, límites y situaciones, creados por el hombre para obtener su hábitat natural. Estudio las conexiones entre centros de crecimiento, el comportamiento de la sociedad, evolución de la construcción dependiendo del confort del ciudadano o la geografía del lugar, limitaciones, recorridos… la ciudad como conjunto de estos factores. Averiguar que se puede considerar ciudad y que no, es el punto de partida. Así pues, la ciudad se ve dotada de unos límites geográficos, de la edificación, del viario e incluso virtuales, los cuales nos pueden dar diferentes puntos de vista sobre que se puede suponer ciudad. Por otro lado, la entiendo como el recinto donde se lleva a cabo la vida social del ciudadano, el cual es el responsable del crecimiento de la misma, transformándola y creando nuevos límites. Estudiando estos términos desde diferentes enfoques; cambios de escala, alturas, espacio ocupado físico o virtual, utilidad… somos capaces de obtener diferentes formas interesantes que nos transportan a otra realidad. Por otro lado, ¿cómo interviene el ciudadano en ella? La idea es entender al individuo como creador y usuario de ésta. Es el que dota a la ciudad de sentido, la población se ve inmersa en el hábitat donde nace, crece y se reproduce. Cómo si de animales nos tratásemos, con claras diferencias. Claro es que los humanos estamos dotados de raciocinio, el cual nos es esencial a la hora de controlar los impulsos; al contrario que los animales, los cuales son prácticamente incapaces de controlar sus instintos. Éstos restringen su vida a un ambiente geográfico limitado, las personas tendemos al desarrollo y al crecimiento de nuestro ambiente, una clara apertura al mundo. Este desarrollo humano, es dirigido por la interactuación con la cultura, la cual canaliza los impulsos naturales. De esto dependerá por ejemplo cómo construirá sus relaciones sociales y dentro de ellas en que forma aceptada por un grupo social. La cultura y lo social son un complemento necesario para de alguna forma, conseguir el equilibrio, estabilidad en el desarrollo y permanencia. Es aquí cuando reunimos todos los conocimientos. Los conceptos anteriormente nombrados sobre ciudad y sus límites, se ven circunscritos por uno mayor, la cultura, que será el responsable de la harmonía de la misma. La cultura puede adquirir distintas direcciones, cada una de ellas aporta una especie de nivel superior que proporciona una nueva posibilidad de crecimiento, creando o no nuevos límites.
Para ello elaboro una maqueta constituida en dos partes. En la primera parte, aparece esta “transición”, donde la sociedad decide adoptar el tipo de mentalidad que logrará que el hábitat en el que viven distorsione sus límites y decida crecer o no. Encontramos en ella, una primera fase que mira al pasado para repetirlo en el presente y no posee variación (pueblos primitivos que toman su cultura de los mayores). Esta sería la base de las demás, ya que en algunos casos se aventura al progreso. En esta situación de tránsito, nos encontramos una segunda, la cual imita el comportamiento de los contemporáneos y recrean los propios. Aquí empezamos a vislumbrar un desvanecimiento de los límites, distinguiendo un moderado avance. Seguidamente, encontraremos una tercera fase, que proyectará con comportamientos nuevos y válidos para una futura generación innovaciones que harán de la urbe un lugar con numerosas posibilidades de evolución. Ése sería el modo de ver la ciudad desde una mentalidad general del usuario, que por tanto es el responsable de la transparencia de la misma, abolición de barreras, rotura de límites… Los materiales están elegidos intencionalmente para expresar esa adaptación y progreso que en casa fase va en aumento. En la segunda parte, he querido analizar más de cerca cual era el conjunto de circunstancias que se llevan a cabo en el espacio que según la cultura y sociedad se ha creado e influyen en el comportamiento de la misma. De este modo, los recorridos realizados por la persona, se presentan como una posible estructura, que varía dependiendo de la dirección que ésta quiera llevar, adaptándose al espacio propuesto, o incluso cruzando sus límites, relacionando el espacio exterior e interior, distorsionando esta línea y creando nuevas situaciones. Otros parámetros como la luz o el color, podrían variar el estado del individuo, provocando así nuevos e impredecibles escenarios, ambientes y contextos que dotarían al espacio conjunto con un nuevo interés. El conjunto del comportamiento mental y físico de la sociedad crea una superposición de espacios y estructuras variables. Se entiende como un lugar donde el usuario interactuará, haciendo de él no un simple espacio, si no su hábitat natural.



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