lunes, 18 de febrero de 2013

Analizando los espacios cotidianos que transito habitualmente, he decidido fijar mi mirada en las circulaciones.
 A través de mi observación experimental me doy cuenta que las circulaciones vienen marcadas sobre todo por la geometría de la arquitectura en espacios interiores, encontrando unos flujos bidireccionales en cuanto la ortogonalidad de las estructuras más comunes.


En cambio el flujo de circulaciones exteriores viene es más impredecible, viene marcado por las personas, de donde vienen, a donde se dirigen, suponen unos criterio mucho más arbitrario.
 Tras esta reflexión me planteo ¿es posible un espacio híbrido entre ambos? ¿Un espacio interior definido por el usuario?




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