En el cuatrimestre anterior realicé una aproximación a los
espacios públicos y los subespacios privados y semiprivados que se crean dentro
de éstos a modo de paradoja, “el espacio privado en el espacio público”
Para esta primera entrega, me he centrado en analizar la
forma de moverse, basándome en mi deporte, en el cual la defensa realizada por el rival condiciona
los movimientos de los jugadores, los espacios ocupados y la forma de
aprovechar estos espacios.
Al defender en zona los espacios libres quedan fijados por
los jugadores que defienden (elementos fijos, cada uno defiende una zona),
además se ha de tener en cuenta elementos dinámicos, como son tus propios
compañeros, los cuales se mueven arbitrariamente.
Por el contrario un marcaje al hombre, donde los espacios
libres están en contante cambio. No son fijos los espacios libres, y el
movimiento está determinado por la capacidad de observación y anticipación
propia, que deriva en una toma de decisiones.
Ambas situaciones están condicionadas por el tiempo, pues si
quiero ocupar un espacio en el que esté un compañero/rival debo esperar al “timing”
correcto.
Aplicando los factores a la arquitectura que me rodea
encuentro similitudes en cuanto a la forma de delimitar espacios. Un espacio se
puede delimitar por elementos físicos(paredes, pilares, vallas…). Los he
denominado “generadores de espacio estáticos” en la medida que su posición es
invariable respecto al factor tiempo. O bien mediante otros factores, esta
reflexión la he rescatado del anterior cuatrimestre, pues llegué a la
conclusión que las personas son generadoras de espacios, podríamos definirlos
como “generadores de espacios dinámicos” capaces de modificar los espacios.Así las personas en sí al ocupar un espacio público, están generando un obstáculo en forma de espacio privado.
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